LA DEFORESTACIÓN
Elaborado por: Tomado de fuentes de Internet
La deforestación es la destrucción a gran escala de los bosques por la acción humana. Millones de hectáreas se degradan o destruyen anualmente. Éstas son taladas o quemadas, aproximadamente el equivalente a la superficie de un campo de fútbol cada dos segundos.
HISTORIA DEL PROBLEMA
La deforestación, uno de los problemas ambientales más patentes hoy en día, ha sido un fenómeno que ha ido ligado al continuo desarrollo de la humanidad. La expansión de la agricultura y la utilización de la madera como materia prima y combustible ha sido tradicionalmente imprescindible para el desarrollo de las civilizaciones humanas. Esto ha producido que desde que apareció la agricultura, la mitad de los bosques del planeta hayan sido talados y destruidos.
A pesar de que la deforestación ha sido un problema que se ha desarrollado históricamente, sin duda ha sido en los últimos 250 años cuando se ha realizado una mayor presión sobre los bosques debido al increíble aumento de la población y de las revoluciones agrícolas que han permitido desarrollar técnicas más intensivas de cultivo.
SITUACIÓN ACTUAL
El ritmo actual de deforestación en el planeta es increíblemente elevado debido a la enorme presión que se está ejerciendo sobre los grandes bosques tropicales.
Actualmente los recursos silvícolas son las grandes selvas tropicales, cuya riqueza animal, vegetal, farmacológica, etc., es incalculable. Sin embargo estos bosques se localizan en las regiones menos desarrolladas del planeta que , al mismo tiempo, son las más pobladas. Esto genera una enorme presión sobre estos sistemas ecológicos que son destruidos para poder alimentar a la población de estas regiones.
Esta presión está fundamentalmente ejercida por pequeños campesinos que para subsistir necesitan hacer uso de la tierra, la cual debido a las características que presenta no es óptima para la actividad agrícola y por tanto sólo puede ser utilizada un par de años. Transcurrido este tiempo, el campesino necesita volver a destruir otra parte del bosque para cultivar. La extraordinaria densidad de población que encontramos en los países que poseen esta riqueza produce que el ritmo de destrucción haga imposible que el bosque se recupere.
Además hay que incluir la presión que sobre estor países ejercen las compañías madereras, que a cambio de la entrada de divisas (casi imprescindibles para mantener a estos países) se apropian de los bosques y los convierten en papel.
El punto más importante de pérdida de vegetación es la selva amazónica de Brasil donde se destruyen cada año ocho millones de hectáreas.
Si el ritmo de deforestación continúa como en la actualidad, en muy pocos años toda la riqueza de estos bosques se habrá perdido. Actualmente las selvas húmedas ocupan una superficie equivalente a dieciocho veces la de España (unos 9.000.000 km2 ), pero al ritmo de destrucción actual esta superficie puede se destruida en sólo unas décadas.
La deforestación no tiene que ver solamente con la pérdida de árboles. También tiene un gran impacto sobre el ambiente.
Muchas criaturas vivientes dependen de los árboles por lo que, cuando desaparecen los árboles, igualmente desaparecen los animales. Se pierden medicinas y materiales potencialmente valiosas, lo mismo que el agua y el aire limpios. Sufren las personas indígenas y, eventualmente, también las economías nacionales. El futuro de las personas y de los bosques están interconectados.
La deforestación no es lo mismo que la degradación forestal, que consiste en una reducción de la calidad del bosque. Ambos procesos están vinculados y provocan diversos problemas. Pueden producir la erosión del suelo y la desestabilización de las capas freáticas, lo que a su vez favorece las inundaciones o sequías.
Reducen la biodiversidad, lo que resulta sobre todo significativo en los bosques tropicales, que albergan buena parte de la biodiversidad del mundo.
De los bosques no solo obtenemos una serie de bienes y servicios indispensables para la supervivencia del ser humano: alimentos vegetales y animales, maderas, medicamentos y muchos productos más. Los bosques juegan un papel fundamental en la regulación climática, el mantenimiento de las fuentes y caudales de agua y la conservación de los suelos. Por ello, las selvas y demás bosques son posiblemente el patrimonio natural más importante pero también el más amenazado y depredado por la mano del hombre.
Los planes de gobiernos latinoamericanos contra la tala indiscriminada han logrado avances, pero todavía chocan con fuertes intereses económicos. Nunca antes en América Latina se luchó tanto contra la deforestación como hoy, afirman expertos y gobiernos. Pero la tala en la región aumentó hasta constituirse en la más alta del mundo.
La deforestación ya es uno de los principales problemas en Argentina, admiten incluso los más conservadores, y parece acelerarse cada vez más. Las consecuencias sociales, económicas, climáticas y hasta estratégicas, son de una dimensión considerable.
El crecimiento del ritmo anual de la tala en la Argentina es seis veces más alto que el promedio mundial. En el mundo, la tasa anual de deforestación ronda el 0,23%, mientras que en el África es del 0,78%. En Sudamérica, la tasa pasó del 0,44% en 1999 y 2000 al 0,50% entre el 2000 y el 2005. La Argentina está por encima de la media continental: 0,85%, con extremos como Misiones (1,33%), Santiago del Estero (1,18%) y Santa Fe (0,95%).
1 comentarios:
Me parece muy interesante tu trabajo, sigue adelante
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